Los negocios y la ética
¿Pueden usarse estos dos términos en el mismo título?
Ray Cotton
Hace un tiempo, un miembro del equipo de disertantes de Probe fue invitado a hablar sobre "La ética en los negocios" en una clase de Colorado State University. Cuando llegó a la clase, el profesor explicó que la razón por la que la clase había querido invitarlo a hablar sobre este tema era la tremenda curiosidad que tenían. No entendían cómo las palabras "negocios" y "ética" podían usarse en el mismo título.
Las empresas de negocios han recibido diversas críticas de los especialistas en ética de esta generación. En la primera etapa del "yo primero" de la década del 80, había muy poca preocupación por la ética en el mundo de los negocios, y a uno le hubiera costado mucho encontrar una universidad que tratara seriamente el tema de la necesidad de la ética en el plan de estudios de su escuela de negocios. Un caso concreto es John Shad, ex presidente de la Comisión de la Bolsa de Valores, quien donó 35 millones de dólares a Harvard Business School para crear un departamento de ética. Sin embargo, dos años después, Harvard sólo había producido un curso bastante endeble, y no habían podido encontrar un especialista en ética para dirigir el departamento. [1]
La década del 90 vio un despertar en la necesidad de la ética gracias a los muchos escándalos que comenzaban a surgir dentro del mundo de los negocios y las finanzas, con fracasos morales como las acciones vergonzosas que causaron la caída de Michael Milken e Ivan Boesky. El problema es que esta preocupación por la ética no nos ha hecho volver una norma de ética absoluta, sino más bien nos ha llevado a una búsqueda de un equilibrio relativo entre la ética y los resultados financieros o los valores personales. La siguiente declaración de un representante del estado de Tennessee demuestra demasiado bien esta tendencia. Mientras explicaba por qué estaba a favor de controles de precios para la leche, pero en contra de lo mismo para el licor, dijo: "Tengo 423 granjas lecheras en mi distrito, y tengo que estar por encima de los principios."
Hoy, la ética suprema es la "tolerancia." Al decir esto, no hablo del concepto tradicional de tolerancia, en la que uno trata de reconocer y respetar los valores de otras personas sin aceptar necesariamente esos valores como correctos. Estoy hablando de un significado completamente nuevo de la palabra "tolerancia." Hoy, la palabra se usa de una forma tal que sugiere que todos los valores, creencias y pretensiones a la verdad y a los estilos de vida son iguales. Se vuelve sumamente difícil dirigir un negocio cuando (1) uno tiene que caminar por la cuerda floja haciendo equilibrio con los valores de todas las personas y (2) se espera que uno trate a todos esos valores como igualmente válidos. Nuestra sociedad hoy ha perdido su capacidad de determinar lo que está bien y lo que está mal. Una empresa de negocios exige un nivel de confianza entre los participantes. ¿De dónde vendrá la confianza si no tenemos ninguna plataforma común sobre la cual basar nuestra ética y, en cambio, debemos confiar en los valores heterogéneos y contradictorios del grupo del cual somos parte en ese momento? Este artículo va a encarar algunos de los problemas que enfrentamos como cristianos cuando intentamos operar en el mundo de los negocios, mientras estamos rodeados de personas que creen que sus valores personales no están sujetos a ningún patrón más alto que su propio razonamiento.
¿Quién fija las reglas?
La cuestión fundamental que debemos abordar es: ¿Quién fija las reglas, Dios o el hombre? A esto se reduce el tema de la ética. O hay una fuente de lo que es moralmente correcto que está más allá de nosotros-es decir, Dios-y esa norma es absoluta y universal, o depende de nosotros descubrir lo que está bien y lo que está mal, si es que podemos ponernos de acuerdo en que existe lo bueno y lo malo. Y si dependiera de nosotros, ¿cómo podríamos decir que los valores de una persona son mejores que los de otra persona? En la era de la revolución industrial y científica, la gente creía que podían usar la razón para llegar a un mejor comportamiento, pero hoy, después de ver los horrores que nos ha traído la revolución industrial y científica, muchos han abandonado toda esperanza de encontrar una respuesta unificada para el bien y el mal. De hecho, muchos hoy temen a todo persona que piensa que tiene acceso a alguna norma absoluta según la cual podríamos vivir.
La sociedad se ha desplazado, desde una base cristiana-que sostenía que hay una fuente de verdad última-al modernismo-que consideraba a la verdad como relativa a las circunstancias, el deber, las consecuencias, las situaciones, etc.-al postmodernismo-que asevera que no hay verdad, sino sólo el poder de uno para establecer sus propios valores.
El rey Salomón, que fue reconocido como el líder más sabio que gobernara alguna vez a una nación, dijo: "Sean sabios y consideren seriamente la forma en que viven." En todos los esfuerzos, incluyendo nuestro trabajo, debemos darnos cuenta de que la moral es el principio rector individual más importante detrás de todo lo que hacemos o decimos. Nuestra moral moldea nuestro ser último, quienes somos realmente.
Hoy, la mayoría de las organizaciones profesionales tienen un código de ética. El problema es que sus códigos suelen ser ignorados o no son dados a conocer. Por ejemplo, unos años atrás una persona de Probe estaba hablando en el departamento de ingeniería de Southern Methodist University. Uno de los estudiantes, después de escuchar la disertación sobre la ética en la ingeniería, se acercó al orador después y le dijo: "He sido un estudiante de ingeniería durante cuatro años, y esta es la primera vez que he oído que hay un código de ética en ingeniería."
Hay algunas compañías que trabajan duro para comunicar a sus empleados un objetivo y una norma corporativa que establecen valores bíblicos. Una de estas compañías es Servicemaster Company. Sus objetivos son: (1) Honrar a Dios en todo lo que hacemos, (2) Ayudar a que las personas se desarrollen, (3) Seguir la excelencia, y (4) Crecer con ganancias. Note que el objetivo de las ganancias, si bien es uno de sus cuatro objetivos clave, aparece último en la lista. Tener ganancias es un objetivo necesario, pero hay cosas que son más importantes que sobrevivir en el mundo. De hecho, hay muchas compañías que deberían cerrar, porque su único objetivo legítimo es tener ganancias. En este sentido, viene a la mente el vasto negocio de la pornografía, sin mencionar las loterías estatales y todas las otras formas de juego.
Así que, como individuo o como empresa, ¿demuestran nuestros objetivos o corporativos un compromiso con una norma que está más allá de nosotros? ¿Tenemos un conjunto de pautas que nos ayuden a recorrer un derrotero que sea derecho y estrecho en un mundo que está a la deriva-flotando por sobre todo el mapa ético? Lo que necesitamos son algunas pautas que nos ayuden a recorrer ese derrotero derecho y estrecho.
Pautas éticas para el mundo real
En su libro, Honesty, Morality & Conscience (Honestidad, moralidad y conciencia), publicado por NavPress, [2] Jerry White nos da cinco pautas excelentes para llevar adelante nuestras actividades de negocios.
Primero, está la pauta de un peso justo que encontramos en Deuteronomio 25:13-15. El principio de un peso justo consiste en dar una cantidad total a cambio de un pago justo. Otra forma de verlo es dar una calidad total por lo que ha sido pagado y según lo que aparece en la publicidad. Debemos aceptar la responsabilidad, tanto por la calidad como por la cantidad de nuestro producto o servicio. Como dueño de una empresa, ¿describo en forma justa mi producto o servicio? Como empleado, ¿hago el trabajo de un día completo por la paga de un día completo? Recuerde, como dice en Colosenses 3:23, que estamos trabajando para el Señor y no para los hombres.
Segundo, el Señor exige nuestra honestidad total. Efesios 4:25 nos llama a hablar la verdad. Jerry White nos recuerda que "si bien fallaremos frecuentemente, nuestro intención debe ser una honestidad total con nuestro empleador, nuestro compañero, nuestros empleados y nuestros clientes." [3] Este es un principio difícil de seguir. Santiago 3:2 dice que es acá donde fallamos frecuentemente, pero si podemos controlar nuestra lengua podremos controlar el resto de nuestro cuerpo también. La versión Living Bible (inglesa) lo resume mejor en Romanos 12:17, donde dice: "Hagan las cosas de forma tal que todos puedan ver que son completamente honestos." Debemos preguntarnos: ¿somos totalmente honestos cuando informamos acerca de nuestro uso del tiempo, nuestro dinero y nuestros logros?
El tercer principio es ser un siervo. Alguien ha dicho que a los cristianos les gusta que lo llamen siervos, pero no les gusta ser tratados como siervos. Servir a Dios parece algo glorioso, pero servir a otros es otra cuestión. Como suele ocurrir, Jesucristo es nuestro ejemplo. Mateo 20:28 dice que Cristo no vino para ser servido sino para servir a otros; de hecho, para dar su vida por otros. El valor de un negocio está en su servicio. La forma en que sirve las necesidades de sus clientes determinará su éxito. El negocio, a su vez, está formado por personas que deben servir. El valor de los empleados está en cuán bien sirven las necesidades del cliente. Esto significa poner las necesidades de otros antes que los propios y luego confiar en Dios para suplir nuestras necesidades al hacerlo.
La cuarta pauta es la responsabilidad personal. Debemos asumir plena responsabilidad por nuestras propias acciones y decisiones. No debemos intentar justificar nuestras acciones basándonos en la presión dentro de nuestro negocio u organización para hacer lo que sabemos que está mal. Todos fracasamos a veces en hacer lo que sabemos que debemos hacer. Luego debemos aceptar la responsabilidad por lo que hemos dicho o hecho, sin intentar trasladar esa responsabilidad a otra persona o echarle la culpa a algún conjunto de circunstancias. Romanos 12:2 nos advierte del peligro de permitir que el mundo nos meta en su molde.
Finalmente, está la cuestión de las ganancias razonables. Este principio es un poco más difícil de comprender, pero sigue siendo vital tener pautas a seguir. ¿Qué es una ganancia razonable? Esto es algo que debe encarar cada persona por sí misma. Lucas 6:31 es una gran ayuda en esto. Dice que debemos tratar a otros de la misma forma que queremos ser tratados nosotros. Póngase en los zapatos de la otra persona y pregúntese cómo le gustaría ser tratado en una situación específica. Para un hombre de negocios este es el precio de nuestro servicio o producto por sobre nuestro costo. Para el empleado, es el monto de nuestro salario por nuestro servicio a la organización. Lucas 3:14 dice que debemos contentarnos con nuestro salario, pero la Biblia también recuerda al empleador en 1 Timoteo 5:18 que el obrero es digno de su salario.
Es demasiado fácil racionalizar las cosas de forma de eludir muchos de estos principios, pero Dios nos hará responsables al final. En última instancia, es Dios a quien servimos y ante quien debemos dar cuentas.
El costo de vivir éticamente
Los medios están inundados con informes de mala ética en los negocios. Proliferan los fraudes, manipulaciones, robos, espionaje industrial, corrupción, "mordidas," conspiraciones, evasión impositiva, malversación de fondos y la competencia desleal. O están ocurriendo más acciones no éticas hoy o estos comportamientos que siempre han existido están siendo explotados más en la sociedad contemporánea. Un informe de Gallup concluyó que "uno no puede confiar en los estadounidenses tanto como solía hacerlo." El Wall Street Journal informó que las personas que asisten a la iglesia tienen apenas una mayor probabilidad de recorrer el camino derecho y estrecho que sus compatriotas menos piadosos.
¿Por qué cuesta tanto recorrer el camino derecho y estrecho en nuestros asuntos de negocios? Estamos continuamente bajo la presión del desempeño en el entorno competitivo del trabajo. A menudo, nuestra propia subsistencia queda amenazada bajo la presión del trabajo. Generalmente sabemos lo que deberíamos hacer, pero evaluamos el costo de hacer lo correcto y luego desistimos debido a la presión de las personas o las circunstancias. Si sentimos que debemos hacer lo que sea necesario para mantener nuestros trabajos, podemos terminar sirviendo al amo incorrecto.
Steven Covey, en su libro Seven Habits of Highly Effective People (Los siete hábitos de las personas altamente eficaces) [4] aborda el tema de la necesidad de convertirnos en individuos centrados en principios. ¿Estamos viviendo vidas centradas en principios? Esto significa que hay algunos principios que son más importantes que el éxito o aun la continuidad de nuestro negocio. ¿Hay algunas normas éticas por las que estamos preparados a morir si fuera necesario? Quienes dejan que sus negocios mueran antes de dejar de lado sus normas éticas podrán volver a hacer negocios algún día, ya que pudieron mantener su integridad y su reputación. Quienes ceden ante las presiones a fin de mantener el negocio andando pueden ser atrapados y terminar perdiendo su reputación y así privarse de una plataforma desde la cual puede reconstruir sus vidas y sus negocios.
Diez principios globales para el éxito
Vamos a poner fin a este artículo sobre la ética en los negocios con Ten Global Principles for Business and Professional Success (Diez principios globales para el éxito profesional y en los negocios), del librito Mega Values (Megavalores) del coronel Nimrod McNair.[5] Estos principios siguen el modelo de los Diez Mandamientos.
El primer principio es: "Muestre el respecto debido a la autoridad." Esta es la superestructura invisible de la empresa productiva. Dios claramente nos ordena respetar a los que están en autoridad sobre nosotros. Dios usa este mandamiento para poner orden donde hay caos. La autoridad es un prerrequisito para el orden.
La segunda regla es: "Tenga unidad de propósito." Los propósitos divididos diluyen la eficacia cuando hay un conflicto de intereses. No podemos servir a dos amos eficazmente. Debemos evaluar nuestro tiempo, nuestro talento y nuestros recursos para asegurarnos de que estemos usando los elementos dados por Dios de forma tal que finalmente le den gloria.
El precepto número tres es: "Use una comunicación eficaz en palabras y en hechos." Una comunicación completa y un seguimiento predecible son la expresión básica de la integridad personal. Significa hacer lo que dice que va a hacer, aun cuando sea incómodo o inconveniente. Este mandamiento es honrado cuando se cumplen las promesas y se da un relato preciso de nuestras transacciones.
Una cuarta verdad es: "Provea un descanso, una recreación y una reflexión adecuados." Esto asegura una calidad de vida que se verá reflejada en la creatividad, la productividad y la motivación. El descanso es una necesidad para la eficacia. La recreación protege la mente contra la fatiga mental y emocional. La reflexión promueve el monitoreo propio, permite correcciones de mitad de camino, y asegura una unidad de propósito.
El quinto precepto es: "Muestre respeto por los mayores y los más experimentados." Nuestros padres, maestros, entrenadores, empleadores, pastores y otros mayores en nuestra vida han hecho una inversión en nosotros. Es un beneficio para nosotros honrar esa inversión y aprovechar plenamente la sabiduría y el conocimiento de quienes son más experimentados que nosotros.
El sexto axioma es: "Muestre respeto por la vida, la dignidad y los derechos humanos." Esto abarca la calidad del producto y el servicio, el ambiente de trabajo, la salud y la seguridad, las políticas y las responsabilidades del personal y las prácticas competitivas. Es simplemente la Regla de Oro-tratar a otros como quisiera ser tratado usted.
El séptimo principio es: "Mantenga una estabilidad de los sexos y de la familia." La sabiduría y la buena práctica de los negocios estipulan una misma consideración por hombres y mujeres como personas, independientemente de su género o estado marital. El respeto por la estructura familiar como el fundamento crítico de nuestro sistema cultural debe reflejarse en nuestras decisiones respecto de los conflictos entre las exigencias de los negocios y el valor de la vida familiar y personal.
El precepto número ocho es: "Demuestre una asignación correcta de recursos. "Dos responsabilidades y privilegios fundamentales de los negocios son el uso óptimo de los recursos materiales y el liderazgo sabio de las personas. Debemos tratar a todos nuestros activos de negocios, sean personas, fondos o materiales, como un regalo del Señor.
La novena verdad es: "Demuestre honestidad e integridad." La integridad es la piedra angular de toda buena relación. Sin demostrar la disposición para dar y la dignidad de recibir confianza, ningún negocio puede sobrevivir ni prosperar. Una reputación de honestidad es una declaración integral del carácter de una persona y de cómo trata a otros. Es una disposición mental fundamental contra el robo, la mentira y el engaño.
El décimo y último mandamiento para los negocios es: "Mantenga el derecho de propiedad sobre la propiedad." Quienes son disciplinados, creativos, prudentes y laboriosos, tienen derecho a los frutos de su labor. No debemos codiciar lo que pertenece a otro.
La ética de los negocios es más que una lista de lo que hay que hacer y lo que no hay que hacer, pero estos principios pueden ayudarnos a empezar con el pie derecho.
Notas
1. Chuck Colson, Jubilee (October 1989).
2. Jerry White, Honesty, Morality & Conscience (Colorado Springs, Colo.: NavPress, 1978).
3. Ibid.
4. Stephen R. Covey, The Seven Habits of Highly Effective People (New York: Simon and Schuster, 1989).
5. Colonel Nimrod McNair, Mega Values: 10 Global Principles for Business and Professional Success Written in Stone (Executive Leadership Foundation, Inc., 2179 Northlake Pkwy. Suite 119, Tucker, GA 30084-9885).
Copyright © 1998 Probe Ministries. Todos los derechos reservados.
Traducción: Alejandro Field
Acerca del autor
Ray Cotton es el ex director financiero y tesorero de Probe Ministries. Recibió un
B.S. en administración de empresas y ciencia de la administración de University of
Northern Colorado, un certificado en estudios cristianos de Center for Advanced Biblical Studies, y
un M.A. en estudios interdisciplinarios de University of Texas at Dallas. Actualmente sirve en
un ministerio para estudiantes internacionales. Puede ser contactado en cottonpatchtx@juno.com.
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